La importancia de las emociones
"Una persona sufre un desequilibrio en su conciencia, ello se manifestará en su cuerpo en forma de síntoma. Por lo tanto, es un error afirmar que el cuerpo está enfermo. Enfermo sólo puede estarlo el ser humano, por más que el estado de enfermedad se manifieste en el cuerpo como síntoma" .
Éste es un pequeño fragmento del libro "La enfermedad como camino" (Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke). Es un libro que recomiendo muchísimo leer para ayudarnos a entender algunos de los desequilibrios interiores que nos suceden, y que luego pueden derivar en enfermedades o trastornos. Éste va a ser un tema complejo de abordar, lo sé. Y quizás en algunos puntos no estés de acuerdo (o si), pero sentía que era necesario plasmarlo aquí.
Imagínate que se nos encienden varios pilotos del cuadro de mandos del coche e intuimos que nos tenemos que parar, dejar de circular y llevar el coche al mecánico. Y una vez allí, el mecánico nos dice que ha localizado las luces que se encendían y que en un rato las cambia para que sigamos circulando normalmente. ¿Veríamos normal, profesional y coherente que sólo nos cambie las luces que funcionaban mal?.¿O exigiríamos saber de dónde puede venir la posible avería?..... Seguro que tu respuesta coincide con la mía!!. Exacto!!. A esto me quiero referir, estamos demasiado pendientes de combatir los síntomas, y nos olvidamos que detrás hay unas causas. Hoy en día, todo son estímulos para que con una pastillita, 3 sesiones, un jarabe, etc...logremos volver a nuestra "normalidad"lo antes posible, sin hacernos caso ni plantearnos el por qué/para qué ha venido ese síntoma físico a visitarnos.
Cualquier trastorno/enfermedad/etc... físico, por leve que sea, es una forma que tiene nuestro cuerpo de "hablarnos" para que le escuchemos. Pero no lo hacemos. Queremos "taparle la boca" con cosas, que quizás le calmen un tiempo, pero si quiere decirnos algo, lo hará de nuevo. Y quizás con mayor intensidad. Nos asusta tener síntomas. Los queremos eliminar rápido, y lo que no nos paramos a pensar es que quizás sean unos aliados que nos intentan decir cómo se siente nuestro cuerpo por dentro.
En otro post hablé de que no creía en las "dietas de" como tal, sino en adoptar unos hábitos de vida que nos permitan adquirir ese equilibrio interior, y que nos dejen estar en armonía con nosotros mismos. Es una grandísima forma de darnos salud y ser amorosos con nosotros. Por ello, no sólo saber alimentarse bien es importante, sino también desde dónde lo hacemos, qué emociones sentimos y cómo nos encontramos en nuestro día a día (bloqueos, anclajes, barreras..) que nos impiden avanzar. Es importantísimo hacer una "radiografía" interior de nosotros mismos para ver qué retos emocionales debemos de abordar, qué tenemos en nuestro día a día que nos desborda o nos desequilibra y cómo deseamos que cambie. Plantearnos pequeños retos, asequibles y alcanzables, anotarnos, felicitarnos por ello y nunca culparnos si hay algún retroceso. Forma parte del proceso.
Mediante la alimentación tapamos muchas emociones que no sabemos gestionar, y es mucho más habitual de lo que nos pensamos....(comer a horas irracionales, apegos a ciertos alimentos, tendencia a dulces/salados, buscar alimentos no saludables, trastornos de la conducta alimentaria...). Por ello abogo por tratar al individuo de forma personalizada e integrativa. No servirá de mucho planificar unas pautas nutricionales si no las acompañamos de una gestión de las emociones con esa persona y de una activiad física adecuada.
Se trata de reprogramar nuestra mente. Teníamos unos hábitos, quizás muy arraigados, pero que ya vemos que no nos funcionan. ¿Por qué no probamos de cambiarlos?. A nuestro ritmo y constancia. Eso nos dará motivación para ir dando cada día más pasitos.
Sobre todo quiero reseñar en este post, y volviendo a la cita del principio, que es tan importante planificarnos una buena alimentación y activiad física, como tener una buena higiene emocional. Sin ella, entraremos en conflictos internos que nos harán más difícil alcanzar el estado de salud óptimo que deseamos. Recordemos que lo que es dentro de nosotros lo veremos a fuera, y así lo manifestaremos. No huyamos tan rápidamente de los síntomas, escuchémonos y hagámonos caso.
¿Te vas a conformar con que el mecánico te quite las luces del coche que se te encienden o realmente quieres que lo abra e investigue qué está ocurriendo por dentro para solucionarlo?...
Si te resuena, deja tu comentario y me explicas....Te leo!
Éste es un pequeño fragmento del libro "La enfermedad como camino" (Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke). Es un libro que recomiendo muchísimo leer para ayudarnos a entender algunos de los desequilibrios interiores que nos suceden, y que luego pueden derivar en enfermedades o trastornos. Éste va a ser un tema complejo de abordar, lo sé. Y quizás en algunos puntos no estés de acuerdo (o si), pero sentía que era necesario plasmarlo aquí.
Imagínate que se nos encienden varios pilotos del cuadro de mandos del coche e intuimos que nos tenemos que parar, dejar de circular y llevar el coche al mecánico. Y una vez allí, el mecánico nos dice que ha localizado las luces que se encendían y que en un rato las cambia para que sigamos circulando normalmente. ¿Veríamos normal, profesional y coherente que sólo nos cambie las luces que funcionaban mal?.¿O exigiríamos saber de dónde puede venir la posible avería?..... Seguro que tu respuesta coincide con la mía!!. Exacto!!. A esto me quiero referir, estamos demasiado pendientes de combatir los síntomas, y nos olvidamos que detrás hay unas causas. Hoy en día, todo son estímulos para que con una pastillita, 3 sesiones, un jarabe, etc...logremos volver a nuestra "normalidad"lo antes posible, sin hacernos caso ni plantearnos el por qué/para qué ha venido ese síntoma físico a visitarnos.
Cualquier trastorno/enfermedad/etc... físico, por leve que sea, es una forma que tiene nuestro cuerpo de "hablarnos" para que le escuchemos. Pero no lo hacemos. Queremos "taparle la boca" con cosas, que quizás le calmen un tiempo, pero si quiere decirnos algo, lo hará de nuevo. Y quizás con mayor intensidad. Nos asusta tener síntomas. Los queremos eliminar rápido, y lo que no nos paramos a pensar es que quizás sean unos aliados que nos intentan decir cómo se siente nuestro cuerpo por dentro.
En otro post hablé de que no creía en las "dietas de" como tal, sino en adoptar unos hábitos de vida que nos permitan adquirir ese equilibrio interior, y que nos dejen estar en armonía con nosotros mismos. Es una grandísima forma de darnos salud y ser amorosos con nosotros. Por ello, no sólo saber alimentarse bien es importante, sino también desde dónde lo hacemos, qué emociones sentimos y cómo nos encontramos en nuestro día a día (bloqueos, anclajes, barreras..) que nos impiden avanzar. Es importantísimo hacer una "radiografía" interior de nosotros mismos para ver qué retos emocionales debemos de abordar, qué tenemos en nuestro día a día que nos desborda o nos desequilibra y cómo deseamos que cambie. Plantearnos pequeños retos, asequibles y alcanzables, anotarnos, felicitarnos por ello y nunca culparnos si hay algún retroceso. Forma parte del proceso.
Mediante la alimentación tapamos muchas emociones que no sabemos gestionar, y es mucho más habitual de lo que nos pensamos....(comer a horas irracionales, apegos a ciertos alimentos, tendencia a dulces/salados, buscar alimentos no saludables, trastornos de la conducta alimentaria...). Por ello abogo por tratar al individuo de forma personalizada e integrativa. No servirá de mucho planificar unas pautas nutricionales si no las acompañamos de una gestión de las emociones con esa persona y de una activiad física adecuada.
Se trata de reprogramar nuestra mente. Teníamos unos hábitos, quizás muy arraigados, pero que ya vemos que no nos funcionan. ¿Por qué no probamos de cambiarlos?. A nuestro ritmo y constancia. Eso nos dará motivación para ir dando cada día más pasitos.
Sobre todo quiero reseñar en este post, y volviendo a la cita del principio, que es tan importante planificarnos una buena alimentación y activiad física, como tener una buena higiene emocional. Sin ella, entraremos en conflictos internos que nos harán más difícil alcanzar el estado de salud óptimo que deseamos. Recordemos que lo que es dentro de nosotros lo veremos a fuera, y así lo manifestaremos. No huyamos tan rápidamente de los síntomas, escuchémonos y hagámonos caso.
¿Te vas a conformar con que el mecánico te quite las luces del coche que se te encienden o realmente quieres que lo abra e investigue qué está ocurriendo por dentro para solucionarlo?...
Si te resuena, deja tu comentario y me explicas....Te leo!
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