¿Cómo hacemos la compra? Sabías que…
Hacer la
compra es más importante de lo que nos pensamos. Y es un acto de mucha
consciencia y presencia. Es el momento en que con el carro delante, decidimos
qué poner dentro de él, y será lo que luego nos llevemos a casa, y más tarde
consumiremos. Así que cobra vital
importancia tener muy claro, qué vamos a comprar.
Al súper deberíamos ir siempre con la lista
en la mano. Es la forma de ahorrar en evitar comprar aquello que no necesitamos
y también, la manera de no “dejarnos llevar por el súper”. ¿Cómo?....¿Dejarnos
llevar por el súper?....Sí!. Los supermercados, como cualquier negocio, lo que
quieren es que compres cuanto más mejor. No lo olvidemos. Por lo que tienen
millones de estrategias de marketing, publicidad, merchandising y escaparatismo
para “guiar” al cliente en sus compras. Así que, si no queremos que nos
embauquen, llevemos “los deberes hechos de casa”, por favor!.
Pongamos
que acudimos a una gran superficie a hacer nuestra compra semanal. La mayoría
de ocasiones no somos conscientes de ello, pero desde que pisamos ese lugar, ya
recibimos estímulos de todo tipo que lo que buscan es condicionar nuestra cesta
de la compra. Por ejemplo, los reclamos publicitarios ofertando artículos en
paneles grandes, el hilo musical del establecimiento (música pausada para que
compres más lento y te pares más en los pasillos a mirar), las primeras islas (mobiliario estratégicamente colocado
en mitad de un pasillo con artículos en promoción) en la entrada, etc… Como vemos, nada más
entrar, ya nos pretenden “guiar” a la hora de decidir qué comprar.
Algo muy
habitual también es que los productos de primera necesidad (que saben que son
unos básicos en todos los hogares, y que los clientes van a ir a por ellos, sí
o sí) los suelen situar al final de pasillos y del establecimiento. De esta
forma, te “obligan” a pasear antes por el resto de pasillos por si mientras vas
a por lo que tienes en la lista, se tercia comprar algo más que no tenías
previsto.
También
cabe reseñar cómo sitúan los productos en las estanterías. Los productos más
demandados por los niños suelen estar a la altura de sus ojos, para que puedan
verlos y reclamar a sus padres que estos los compren con insistencia. Además,
acostumbran a ser productos poco saludables tipo: bollerías, cremas de cacao,
galletas… Pero también encontramos reclamos para los adultos: artículos en
oferta, 2X1, rebajados….. muy visibles y remarcados. Ya en las zonas más altas
o más bajas de estas estanterías se sitúan esos productos que para el establecimiento
en ese momento, no tienen tanta salida. Por ello, no son tan accesibles.
No podemos
olvidarnos de los olores…..estos son siempre muy peligrosos!. Por ello, otra de
las recomendaciones, es que vayamos a hacer la compra en horas en que no
tengamos hambre. Si no, es muy probable que “piquemos” algo de esa sección de
panadería que recién saca el pan calentito o esos croissants de chocolate, o
esas pizzas suculentas….
Y cómo no!
Una de las estrategias estrella es la colocación de todo tipo de galletitas,
pilas, barritas energéticas, patatas, etc…..al lado de las cajas. ¿Quién no ha
tenido tentaciones de comprar algo de eso mientras espera para pagar?.....
Como vemos,
todo son estrategias para crearnos unas necesidades de compra con las que no
veníamos de casa. Y las que hay!.... Por ello, es importantísimo que tengamos
bien claro qué vamos a comprar y no dejarnos llevar por los miles de reclamos y
estímulos que alteren nuestra decisión de compra. Si sucumbimos a sus
pretensiones, llegaremos a casa con una cesta de la compra totalmente
adulterada respecto a nuestra idea original, con un gasto económico mayor y con
artículos que en realidad no queríamos comprar y que los deberemos de consumir.
Y recordemos, muchos de ellos, poco o nada saludables, ya que son de los que
más margen de beneficios generan, al ser de un elevado consumo poblacional y
con grandes intereses de marca detrás.
¿Y tú, vas
con la lista de la compra o sueles improvisar?. Si quieres, deja tu comentario.
Hola Montse!! Fantástico blog! tremanda entrada!! muchísimas gracias por tu aporte.
ResponderEliminarYo la verdad es que siempre suelo hacer una lista mental de lo que necesito, no es lo mismo que si la pienso y repienso y me siento a escribirla tomando conciencia de lo que realmente necesito comprar, y es cierto que conlleva el riesgo de que a pesar de tardar menos en pensar lo que necesito, es más fácil que sea más flexible y añada algún producto que no tenía pensado comprar, y si es porque se me aparece la virgen y recuerdo algo que necesito y que había pasado por alto, pues genial, pero si el "intruso" es fruto de dejarme llevar por la sensación de hambre o por emociones mal gestionadas, entonces aqui hay un problema importante, y no solo por el extra económico que supone, que se ha de tener en cuenta pues puede concicionar negativamente el ahorro mensual del hogar, los denóminados gastos hormiga es bueno tenerlos bien controlados para tener una economía bien saneada, pero me refiero a que el producto alimenticio (porque llamarlo alimento me parece un error) adquirido en ese estado de hambre y/o de desequilibrio emocional, conlleva un daño a mi organismo que siempre prefiero evitar, pero el problema no es solo el daño ocasional que pueda causarme una mala decisión, si no la asociación negativa, y el hábito pernicioso y peligroso que estoy perpetuando con estas decisiones. Sigo aprendiendo cada día para que estas situaciones sean esporádicas, y con constancia y aprendizaje continuo, y de nuevo agradezo tu ayuda, espero que algún día queden en meras anécdotas del pasado. Un abrazo Montse!!
Gracias por tu comentario, Jose!. Efectivamente, como decía en el post, no se puede ir con hambre a comprar. Eres "presa fácil" de caer en tentaciones nada saludables y en gastar un dinero que no tenías previsto. Es importante identificar si el hambre es emocional o real. Algún día hablaré al respecto también. Gracias de nuevo por explicar tus vivencias. Seguro que muchas personas se sentirán identificadas.
EliminarHola Montse,
ResponderEliminarEfectivamente todo lo que comentas sobre el marketing dentro de los supermercados y grandes superficie es totalmente cierto. Llevo unos cuantos años en el mundo del marketing, y a veces da hasta un poco de miedo. En algunas grandes superficies que conozco te invitan a descargarte una app a cambio de una bebida o similar. Esta app registra todos tus movimientos dentro de la zona y son almacenados en bases de datos. Posteriormente se analiza el comportamiento del consumidor con la finalidad de establecer patrones comunes y cambiar la ubicación de uno u otro artículo.
Esto no es nada nuevo, es lo mismo que tener tarjetas de fidelización , utilizadas por parte de la empresa como recogida de datos y análisis posterior. Dicho de otra forma, "vendemos" nuestros datos a cambio de alguna promoción o similar. Ojo, habitualmente, esta promoción no está enfocada a los productos que habitualmente compramos, sino a aquellos que interesa vender.
En fin, que me enrollo, en casa llevamos siempre la lista de la compra hecha, pero aún así, siempre se cae en algo.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario, Juan Carlos!. Totalmente de acuerdo. La lista de estrategias de marketing sería interminable, y efectivamente, una de las que comentas es esa. Muy buena observación y comentario. Gracias de nuevo!.
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